La certificación para tableros cerámicos para cubiertas consta de dos etapas claramente diferenciadas. En una primera fase, el peticionario del certificado deberá implantar un sistema documental, basado en ISO 9001. Al mismo tiempo, deberá controlar el producto y los equipos de medida, tal y como se recoge en los reglamentos de certificación.
Posteriormente, los Servicios técnicos de AENOR se desplazan al centro de producción, a fin de realizar una visita para verificar que se cumplen las exigencias del documento de certificación. Se tomarán muestras de los modelos a certificar, que son enviadas a uno de los laboratorios, acreditados por ENAC, que colaboran con AENOR en el proceso de certificación.
Una vez recibidos los resultados de los ensayos, AENOR, que actúa como Secretaría del Comité Técnico de Certificación, presenta un informe confidencial de todas las actividades, que es valorado por el Comité.
Si la decisión es satisfactoria, se propondrá la concesión del certificado a AENOR, en otro caso, se trasladará al peticionario las causas de la denegación y las actividades complementarias a realizar.
Una vez emitido el certificado, la empresa pasa a la fase de seguimiento de la certificación. En este estadio y con carácter anual, los Servicios de AENOR se desplazan a las instalaciones del fabricante al objeto de constatar que se aplican y mantienen los criterios y exigencias establecidos en el reglamento de certificación. En esa visita, se tomarán muestras de forma rotatoria, de los modelos certificados para su ensayo en el laboratorio acreditado.
La Secretaría, anualmente, prepara un informe de todas las actividades desarrolladas que es presentado al Comité, el cual decide a la vista de los resultados obtenidos si se mantiene el certificado o es necesaria la ejecución de actividades extraordinarias.