En un entorno de creciente presión regulatoria, las empresas y organizaciones se ven sometidas al cumplimiento de una serie de obligaciones que derivan, no solo del marco jurídico de aplicación, sino de otras normas y estándares sectoriales u obligaciones derivadas de relaciones contractuales.
En este marco, Compliance se entiende como el resultado del cumplimiento con todo el catálogo de obligaciones, no limitado necesariamente a normas de carácter jurídico.
Paralelamente, la reforma del Código Penal, aprobada en 2015, consolida el modelo de transferencia o derivación de la responsabilidad penal de la persona jurídica que ya se introdujo en la ley 5/2010. Asimismo, se introduce de forma expresa la adopción e implantación eficaz de modelos de prevención de los delitos en las empresas, como atenuante e incluso eximente, de la responsabilidad penal de la persona jurídica. Estos modelos de prevención de delitos deben reunir unos requisitos mínimos, como estar adaptados a la empresa y a sus riesgos concretos, e incluir medidas de vigilancia y control para prevenir delitos, que demuestren la eficacia del modelo
La gestión de Compliance surge así como una función independiente dentro de la organización que, por su carácter transversal y por el gran número y complejidad de obligaciones, requiere de recursos y metodologías específicas.
Con este objetivo, AENOR presenta sus programas de formación de TÉCNICO DE COMPLIANCE y ESPECIALISTA EN COMPLIANCE, que le permitirán obtener la formación necesaria para asumir responsabilidades en la función de Compliance, así como en el diseño y gestión de modelos de prevención de comportamientos delictivos, y participar activamente en una cultura de cumplimiento dentro la empresa.